El 'Juego en Blanco' de Madrid: el Open de Arbitraje
Published on 10th Jun 2016
Mientras en Europa la temporada de fútbol está tocando a su fin o alcanzando su cumbre (dependiendo de la afiliación de cada uno), los pensamientos toman otros derroteros. Para algunos, será la sirena del bate sobre la pelota y la esperanza de una lánguida tarde de verano con el marcador del cricket a ralentí. Para otros, la cancha de tierra dejará paso al césped y la temporada de tenis tomará el control sobre seguidores de todo el mundo.
El Open de Arbitraje (organizado por la Asociación Europea de Arbitraje) que tuvo lugar el 11 de Mayo de 2016 en Madrid, fue el primer congreso de arbitraje con temática de tenis a la que algunos participantes habrán asistido, aunque no puede decirse que por eso estén en falta porque, seamos honestos, los eventos de arbitraje basados en tenis son más bien poco comunes. No obstante, dado el éxito del evento, esto bien podría cambiar en el futuro. Y sospechamos que habría pocas quejas.
El formato del Open fue innovador. Para empezar, los ponentes no estaban situados respetuosamente detrás de una mesa, sino dispuestos en el escenario como si fueran a tomar parte en una tertulia (ver fotografía más abajo). Este estilo (común en algunos congresos españoles) funciona muy bien y de alguna manera aporta inmediatez al acto, sobre todo si a ello se añade que durante la mayor parte de las ponencias no hubo notas, ni papeles, ni (con una honorable excepción) power-points.
Otra nota destacable fue que, a pesar de que el Open se desarrolló casi íntegramente en español, los organizadores, con buen juicio, no quisieron negarse a sí mismos (ni a su audiencia) el beneficio de poder contar con ponentes no españoles. Elie Kleiman, de Freshfields, fue el primero (eso sí, disculpándose) en hablar en inglés (su segunda lengua), nada menos que a las 5 de la tarde, aunque por supuesto ninguna disculpa era necesaria ya que vale la pena escucharle en cualquier idioma. Elie retó a su público con novedosos comentarios sobre, entre otros, TTIP, en el panel del “Grand Slam” titulado “¿Hacia dónde se dirige el Arbitraje Internacional?”. En ese mismo panel, interesantemente presidido por Elena Sevilla, también destacaron las intervenciones de Thomas Clay, Eduardo Silva Romero, Xavier Favre-Bulle e Irene Gee. Y esa es sólo una muestra de un buen número de estupendos paneles, compuestos todos ellos por reputados profesionales de España y de otras partes del mundo.
Hay que decir que el día ya había empezado fuerte, con los abogados internos de Gas Natural, Sacyr y Ferroatlántica aportando su particular visión sobre “cuándo, cómo y con quién van” cuando se enfrentan a un arbitraje internacional. Si una queja frecuente hacia las convenciones de arbitraje internacional es, precisamente, que la voz de las empresas no suele ser oída, al asegurarse de que esto no ocurriera así en el Open, los organizadores (la Asociación Europea de Arbitraje) se anotaron un auténtico punto de “saque directo”.
Después hubo paneles organizados como “partidos individuales”, en los que vibraron sobre la red (literalmente, ya que de hecho en varios puntos del escenario se colocó una red como decorado) argumentos acerca de cuestiones clave en el marco del arbitraje internacional, y los equipos “enfrentados” de Common Law y de Derecho Continental intercambiaron sendos golpes sobre los diferentes enfoques de ambos sistemas legales. Un viejo tópico, sí, pero en este caso perfectamente manejado con una generosa ración de spin.
Y así llegamos a la sesión del “US Open”, en la que tuvieron también lugar algunas actuaciones excelentes, abordándose cuestiones tales como las medidas cautelares o el nombramiento de árbitros, entre otros temas de actualidad. Elena Gutiérrez García de Cortázar, en una actuación enérgica pero a la vez comedida, cubrió mucho terreno en materia de árbitros de emergencia, y es que su larga vinculación con la Corte de Arbitraje de Madrid la convierte en una de las embajadoras más conocidas del arbitraje de España. Le acompañaron en el escenario otro buen número de exportadores de lujo de los servicios de arbitraje españoles: sentado a su derecha estaba Carlos González-Bueno, editor de “Ley de Arbitraje Española (Un comentario)”, disponible en inglés y que será probablemente el libro de referencia en aquellos arbitrajes internacionales con sede en España; y a su izquierda se encontraba nuestro Rafael Montejo, de Osborne Clarke, quien, cuando no está sobre un escenario haciendo acertados comentarios sobre arbitraje, lidera nuestra práctica de arbitraje internacional en España.
Habría también que realzar el innovador uso de la tecnología durante toda la jornada. A los asistentes les fueron entregados a la entrada unos dispositivos que permitían al público votar en las preguntas que se les fueron planteando a lo largo del día. Los organizadores no pidieron a la audiencia que votara sobre los ponentes (una opción que no se planteó aquí pero que podría considerarse para futuras ocasiones), pero lo que sí permitió el sistema fue decidir quién había ganado cada argumento. El público haciendo de árbitro: otro buen toque.
Pero el momento culminante del día fue probablemente la sesión de ‘Saque y Volea’ de Javier Íscar, en la que miró hacia el futuro del arbitraje internacional mientras mantenía una conversación en la pantalla con una versión de sí mismo varias décadas después. Divertido e inteligente a partes iguales, su atrevida idea funcionó espléndidamente. Hay que decir que los organizadores merecen ser elogiados por pensar no sólo en ellos mismos y en los conferenciantes sino también (y esto con demasiada frecuencia no suele suceder) en la audiencia. Este intermedio y la sesión posterior donde a los ponentes se les concedían sólo 60 segundos para responder a cada pregunta (con el tiempo corriendo en un monitor a modo de espada de Damocles sobre sus cabezas) aseguraron que la monotonía no hiciera acto de presencia a medida que las horas iban avanzando. Puede que algunos cuestionasen en un principio la duración del Congreso– el juego terminó alrededor de las 8 de la tarde – pero lo cierto es que una inteligente programación mantuvo a la mayoría de la gente en la pista hasta el cierre.
En conclusión, Madrid jugó un buen “juego en blanco” en el Open. El tour se traslada ahora a la undécima convención anual de la CEA (Club Español de Arbitraje) que tendrá lugar a mediados del mes de junio y en la que se espera que los participantes estén sin duda en su mejor forma para competir.
*Osborne Clarke fue uno de los patrocinadores del Madrid Open de Arbitraje este año.