Adiós a nuestra joven CNMC
Publicado el 27th febrero 2017
La división de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia dará lugar a dos nuevos organismos.
El gobierno español está negociando con los principales partidos de la oposición la disolución de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (“CNMC“) y su sustitución por dos nuevos organismos independientes.
La joven CNMC se divide
La CNMC se creó en el año 2013 a partir de la fusión de 6 organismos previos: (i) la Comisión Nacional de Competencia, (ii) la Comisión Nacional de la Energía, (iii) la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (iv) la Comisión Nacional del Sector Postal, (v) el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales y (vi) el Comité de Regulación Ferroviaria y Aeroportuaria.
Esta unificación de los reguladores fue ampliamente criticada en su día por los expertos e incluso cuestionada desde Bruselas. Ahora parece que la idea es volver al modelo anterior o, al menos, a uno más parecido al anterior, separando en dos diferentes agencias la regulación de los mercados y los asuntos de competencia:
- Autoridad Independiente de Regulación de los Mercados (“AIReM“): será la encargada de la supervisión y control de los sectores regulados, principalmente de (i) los mercados de gas y electricidad, (ii) las comunicaciones electrónicas y audiovisuales, (iii) el transporte aéreo y ferroviario, (iv) los servicios postales y, una novedad, (v) el juego. También será la responsable de la resolución de conflictos entre operadores.La finalidad que se persigue es que un organismo independiente recupere una serie de competencias que, cuando se creó la CNMC, fueron trasladadas a distintos ministerios. No obstante, habrá que esperar para ver si el gobierno permitirá esta pérdida de poder, especialmente en determinadas materias (como por ejemplo, en la fijación de los peajes de acceso).
- Autoridad Independiente de Defensa de la Competencia (“AIDeCo“): será responsable de la promoción de la competencia, de la aplicación de la normativa de competencia nacional y comunitaria, de la garantía de la unidad de mercado y, como novedad, de la protección y defensa de consumidores y usuarios, en línea con otros países del entorno.
Nuevo sistema de nombramiento de consejeros
Si bien en la actual CNMC hay diez consejeros divididos en dos salas (Sala de Competencia y Sala de Supervisión Regulatoria), cada una de las nuevas autoridades va a contar con seis (es decir, el número total subirá de diez a doce). Además, el sistema de nombramiento va a variar sustancialmente: en lugar de que el gobierno nombre a los consejeros, sólo propondrá candidatos, al igual que otros partidos, y ello sobre la base de criterios profesionales. Estos candidatos deberán ser posteriormente validados por una comisión de expertos, que emitirá un informe de idoneidad. Por último, el candidato que sea nombrado consejero necesitará obtener la aprobación de la Comisión de Economía del Congreso, para lo que bastará mayoría simple.
Además de minimizar la arbitrariedad en el nombramiento de cargos públicos, este nuevo régimen pretende evitar los conflictos políticos internos que obstaculizaron la labor de la CNMC en los últimos tiempos, especialmente tras su año récord en 2015, en que impuso multas por valor total de 549 millones de euros.
En realidad, este nuevo sistema también contenta a los partidos de la oposición por otros motivos, y es que todos los consejeros actuales habían sido directamente nombrados por el Gobierno del PP. Desde que el nuevo régimen se ponga en marcha, los demás partidos también podrán hacer sus propias propuestas.
Aún más reguladores… ¿realmente supone una mejoría?
Las actuales negociaciones entre los partidos políticos no sólo afectan a la reestructuración de la CNMC, sino que también se está tratando la creación de nuevos reguladores, tales como una Autoridad de Defensa del Consumidor en materia de productos financieros (para evitar casos como el de las “cláusulas suelo”, las cuales fijaban tipos de interés mínimos para las hipotecas, y fueron recientemente declaradas nulas por abusivas) o un organismo regulador del seguro (con las competencias que actualmente gestiona la Dirección General dependiente del Ministerio de Economía).
Aunque las intenciones teóricas parecen legítimas y muy deseables, debe hacerse una valoración prudente y esperar a ver en qué terminan y en qué se concretan las negociaciones políticas. Y es que, teniendo en cuenta la importancia de los intereses en juego con esta propuesta de reforma, conviene evitar precipitarse y tratar de crear un amplio consenso, tanto entre los grupos parlamentarios, como con los demás interesados, lo cual fortalecería con seguridad el marco institucional de los organismos sucesores de la CNMC.